Hablar de la comida típica de Sevilla es adentrarse en un universo de sabores, aromas y texturas que reflejan el legado cultural y la riqueza agrícola y ganadera de Andalucía. En este artículo vamos a abordar cada uno de esos platos que representan la gastronomía sevillana en todo el mundo.
Contenido
Un paseo por la historia culinaria de Sevilla
Para entender y apreciar la gastronomía sevillana, es necesario echar un vistazo a su historia. Los romanos, los árabes, la descubierta del Nuevo Mundo, cada uno de estos eventos ha dejado su huella en la cocina de Sevilla, dando lugar a una mezcla vibrante y diversa de ingredientes y técnicas culinarias.
Debido a su ubicación geográfica y su rica historia, la comida típica de Sevilla combina sabiamente los productos del mar con los de la tierra. Desde pescados y mariscos frescos, hasta carnes de caza y de cerdo ibérico, pasando por una abundante variedad de frutas y verduras, todo se aprovecha para crear platos deliciosos y llenos de sabor.
Gazpacho: Un clásico refrescante

Iniciemos este recorrido culinario con uno de los platos más emblemáticos no sólo de Sevilla, sino de toda Andalucía: el Gazpacho. Esta sopa fría de tomate es el refresco perfecto para los calurosos días de verano. Cada cucharada nos brinda una explosión de frescura y sabor, gracias a la combinación de tomates maduros, pimientos verdes, pepinos, cebolla, ajo, vinagre de vino blanco y aceite de oliva virgen extra. Esta delicia es tan popular que no sólo se sirve como aperitivo o entrada, sino que también se bebe como refresco.
Pescados y Mariscos: Los tesoros del mar
Continuando con nuestro recorrido, llegamos a la sección de pescados y mariscos. Aquí, Sevilla muestra su cercanía al mar con platos como el Pescaíto Frito, una verdadera institución culinaria. Se trata de una selección de pescados pequeños (normalmente boquerones, calamares y gambas), que se rebozan en harina y se fríen en abundante aceite de oliva hasta que quedan crujientes y dorados. Son el acompañamiento perfecto para una cerveza fría o un vino fino.

El Cazón en Adobo, también conocido como «bienmesabe», es otra delicia marina. Pequeños trozos de cazón se marinan en un adobo de pimentón, ajo, orégano, vinagre y sal, antes de ser rebozados en harina y fritos. El resultado es un pescado de sabor intenso y textura increíblemente tierna.

Los Soldaditos de Pavía, son tiras de bacalao rebozadas y fritas hasta que quedan doradas y crujientes. Su nombre proviene de su parecido con las tiras de tela que los soldados del siglo XIX llevaban en sus uniformes. Uno de los grandes platos de la comida típica de Sevilla.

Si prefieres los mariscos, no puedes dejar de probar los Chipirones a la Plancha, pequeños calamares que se asan en una plancha caliente con un poco de aceite de oliva, ajo y perejil. Sencillos, pero increíblemente sabrosos.

El Bacalao con Tomate es una verdadera delicia. El bacalao se cocina lentamente con tomate, pimientos y cebolla hasta que los sabores se funden y el pescado queda tierno y jugoso. Es un plato humilde, pero lleno de sabor.

El legado de la huerta y el campo: Verduras y legumbres
No podemos hablar de la comida típica de Sevilla sin mencionar su gran variedad de platos a base de verduras y legumbres. Las Espinacas con Garbanzos es uno de esos platos humildes, pero llenos de sabor, que reflejan la esencia de la cocina andaluza. En este plato, las espinacas y los garbanzos se cocinan lentamente con tomate, cebolla, ajo, pimentón, comino y una pizca de vinagre. El resultado es un guiso reconfortante y nutritivo.

Las Papas Aliñás son otro clásico. Este plato consiste en patatas cocidas que se aliñan con cebolla, pimiento verde, atún y un buen chorro de aceite de oliva virgen extra. Son el aperitivo perfecto para los días de calor.

Carnes: Tradición y sabor
La cocina sevillana también es famosa por sus platos de carne. Uno de los más emblemáticos es el Rabo de Toro, una receta de origen taurino que ha traspasado las fronteras de la ciudad. En este plato, el rabo de toro se guisa lentamente con vino tinto, verduras y especias hasta que la carne queda tan tierna que se desprende del hueso.

Los Huevos a la Flamenca son otro clásico. Se trata de huevos escalfados en una salsa de tomate con jamón, chorizo, guisantes y pimientos. Aunque hay muchas variaciones de este plato, todas comparten el mismo espíritu: la fusión de ingredientes sencillos para crear un plato lleno de sabor.
El Pincho Moruno es otra maravilla de la cocina sevillana. Se trata de brochetas de carne de cerdo o cordero que se adoban con especias (como el comino, el ajo, el pimentón y el orégano), y luego se asan a la parrilla. Su nombre proviene de la influencia morisca en la cocina andaluza.

El Serranito, un famoso bocadillo de lomo de cerdo, pimiento verde y jamón serrano, es una prueba más de la influencia del cerdo en la cocina sevillana. El Serranito es el bocadillo perfecto para un almuerzo rápido, pero lleno de sabor.

Otro plato icónico de la cocina sevillana es el Menudo Gitano, también conocido como Callos a la Andaluza. Este guiso de callos con garbanzos y chorizo se cuece lentamente hasta que los callos quedan tiernos y la salsa espesa y sabrosa.
Finalmente, tenemos el Cocido Andaluz, un guiso de garbanzos, verduras y diferentes tipos de carne (como cerdo, ternera y pollo). Este plato, que se sirve en dos vuelcos (primero el caldo y luego los garbanzos y las carnes), es un verdadero festín.

Postres y dulces típicos: Un dulce final
Sevilla es una ciudad con una rica tradición repostera, fruto de la influencia de la cocina conventual y la herencia árabe. Los postres y dulces típicos de Sevilla son variados, deliciosos y, por supuesto, muy dulces.
El Tocino de Cielo es uno de los postres más emblemáticos de Sevilla. Hecho con yemas de huevo y azúcar, este postre tiene un sabor intenso y una textura suave y cremosa. Aunque su nombre pueda sugerir lo contrario, este dulce no contiene tocino. Su nombre se debe a su color dorado, similar al del tocino, y a su sabor celestial.

Las Torrijas son otro clásico de la repostería sevillana. Se trata de rebanadas de pan que se empapan en leche o vino, se rebozan en huevo y se fríen. Luego se espolvorean con azúcar y canela. Aunque son típicas de la Semana Santa, son tan deliciosas que se pueden encontrar durante todo el año.

Los Mantecados y Polvorones son otros dulces típicos de Sevilla. Estos pequeños pasteles de almendra y manteca de cerdo son típicos de la Navidad, pero se pueden encontrar durante todo el año.
Las Yemas de San Leandro son otro dulce tradicional de Sevilla. Se trata de pequeñas bolitas de yema de huevo y azúcar que se recubren con azúcar glas. Su origen se remonta al convento de San Leandro, donde las monjas siguen elaborándolas de forma artesanal.
El Mostachón de Utrera es un bizcocho de almendra muy ligero que se originó en la localidad de Utrera, cerca de Sevilla. Su textura esponjosa y su sabor delicado lo hacen un postre perfecto para acompañar un café o un té.

La Poleá es una especie de gachas dulces hechas con harina de trigo, azúcar, anís y canela. Este postre humilde pero delicioso es típico de los desayunos y meriendas sevillanos.
Otros dulces típicos incluyen el Roscón de Naranja, las Almojábanas (roscas de pan dulce con sabor a anís), los Cagajones de puños (pastelillos de almendra y miel), los Gañotes (rollos de masa frita cubiertos con azúcar), las Tortas de Aceite (finas tortas de masa de pan con aceite de oliva, anís y sésamo) y los Cortadillos (pequeños pasteles de hojaldre rellenos de cabello de ángel).

Como puedes ver, la comida típica de Sevilla es un festín para los sentidos. Cada plato es una celebración de los productos locales, la tradición y la creatividad. Si estás en Sevilla, o planeas visitarla, te animamos a probar estos deliciosos platos y a descubrir por ti mismo el sabor del corazón de Andalucía. ¡Buen provecho!